lunes, 2 de abril de 2012

¿Hasta cuando esperaré para convertirme?

Para que los cristianos profundicemos en ciertos momentos de la Vida de Cristo, la Iglesia ha instituido el año Litúrgico.
La etapa del año Litúrgico que hoy comenzamos es laCuaresma, que es un tiempo de preparación para laCelebración de la Pascua y dura cuarenta días, iniciando conel Miércoles de Ceniza y terminando el Jueves Santo.
 Es un tiempo fuerte de conversión, de esa conversión que todo cristiano debe vivir continua y constantemente
Pero entre los cristianos “piadosos” se ha entendido como untiempo para hacer sacrificios, en la comida, en la bebida… peroque no implican un cambio de vida, un cambio radical en nuestramanera de pensar… y mucho menos implican abandonar lospropios gustos, nuestra voluntad, para someternos del todo a laVoluntad Divina.
Vivir profundamente la cuaresma noconsiste en la celebración de ritosexternos, no porque los ritos en simismos tengan algo de malos, sinoporque los hemos vaciado de sentido,porque no cambian el corazón dequienes participamos en ellos…pues después de practicarlosregresamos a unavida de pecado.
Volvamos a la esencia de lascosas: Cristo, El Señor, al sertentado en el desierto: oró,ayunó, se apartó unos días delmundo. Y nosotros…. Frente a la tentación ¿Oramos? ¿Ayunamos?¿Buscamos apartarnos del mundo para escuchar la voz de Dios?…¿NO? ¡Y cómo pretendemos entonces vencer las tentaciones.
En cambio, muchas veces si buscamos aparecer ante los demáscomo cristianos muy piadosos por acudir a imponernos laceniza… aunque el resto del año no acudamos al templo…O hacer muchas obras externas, muchos sacrificios… PERO NADADE ESTO NOS SIRVE PARA ALCANZAR LA SALVACIÓN SI NOCAMBIAMOS NUESTRO CORAZON, si no asumimos como regla devida los criterios de Dios y no los propios.
Ojalá nos atrevamos a lanzarnos hacia lo profundo de la riqueza deeste tiempo litúrgico: LA CUARESMA… y no hagamos lo que hacen muchos que se dicen cristianos quedarnos en la superficie.
Si nos reconocemos pecadores, sin justificarnos frente aDios, sino con sincero arrepentimiento, con dolor dehaberlo ofendido… No hay duda: ¡ÉL NOS PERDONARÁ!
Sanara nuestras heridas, nos concederá la luzde la esperanza… la esperanza de una Vida…de la Verdadera vida: La que se vive unido aCristo.Vengan a mi los que están cansados yagobiados… Yo los haré descansar. (Mt 11,28).